Ubicada en una situación privilegiada, en el Camino del Norte, la catedral de Mondoñedo preside majestuosa la plaza central de su hermoso municipio. Se la conoce también con el nombre de la “Catedral arrodillada”, por sus perfectas proporciones y escasa altura. La imagen de la catedral presidiendo la plaza es de una belleza inconfundible.

Inicialmente de estilo románico, esta catedral empezó a construirse en 1219 y se concluyó durante el siglo XIV. Fue declarada Monumento Nacional en el año 1902 y proclamada en 2015 Patrimonio de la Humanidad. Se trata por lo tanto de un monumento realmente excepcional.

Diversos estilos arquitectónicos se reúnen en su fachada, reflejando en la piedra el paso del tiempo y el cambio de los gustos estéticos. Reformas y ampliaciones son parte de la historia de este templo, que exteriormente presenta tres grandes ojivas que se corresponden con las tres naves interiores. Por lo tanto, se puede disfrutar de todo un viaje por el arte; desde el románico en su puerta principal y en el ábside mayor, para después avanzar hacia el gótico de sus bóvedas de crucería y de su coro. Las ampliaciones barrocas se manifiestan sobre todo en la decoración de la fachada. De esta época son las dos imponentes torres de tres cuerpos que flanquean la entrada: la torre derecha, la del reloj, sobresale de la fachada medio metro más que su compañera. En ella se emplaza la maquinaria del reloj. En definitiva, un majestuoso envoltorio barroco que alberga en su interior un templo medieval único que cautiva a toda persona que lo visita.

La catedral de Mondoñedo alberga tesoros ocultos de incalculable valor, como su rosetón principal. De época gótica y con cinco metros de diámetro, conserva en su centro el original del anterior rosetón románico, con la figura del Salvador. Excepcionales restos de pinturas góticas ocupan algunas las paredes internas del templo, como las de la nave central, de finales del siglo XV o principios del XVI. Este tipo de pinturas también acompañan a los órganos del siglo XVI. Por no nombrar los murales de la bóveda del transepto, del maestro Terán, que constituyen uno de los murales más importantes del siglo XVIII en la provincia lucense.

La visita se completa con espacios tan singulares como la Capilla Mayor, el coro, la Sacristía, las capillas de la girola y el museo catedralicio y diocesano. Este último constituye uno de los museos más importantes de arte sacro existente en Galicia y uno de los más notables de España. Supone toda una sorpresa encontrar en una de sus salas una serie de relieves policromados de alabastro del siglo XV, así como una serie de representaciones bíblicas de alabastro policromado decorados al agua, también del siglo XV.

El encanto y el misticismo que desprende el claustro de esta catedral es otro de sus rasgos más destacables. Del primitivo claustro del templo se conserva el crucero gótico del siglo XV, tallado de forma muy curiosa con una Asunción de la Virgen. El resto del claustro es obra del santanderino Diego Ibáñez Pacheco, del siglo XVII.

En definitiva, la catedral de Mondoñedo es una de los templos más singulares de nuestro país. Sin duda una excusa perfecta para disfrutar de Mondoñedo y su paisaje, adentrarse en la historia en piedra de su catedral y conocer las múltiples historias que esconden sus muros.